Mi padre ya no está con nosotros, por lo que el Día del Padre es un momento de reflexión y recuerdo. Me trae recuerdos de nuestros momentos juntos, me recuerda su amor y los esfuerzos que hizo por nuestra familia. Así es como uso mi agenda para honrar y celebrar el Día del Padre:
1. Visita a su tumba
No suelo visitar el cementerio porque la vida se vuelve ajetreada y no quiero sentirme triste, pero mi agenda me ayuda a reservar tiempo para esta importante visita. Programar una visita a la tumba de mi padre en mi agenda me brinda un momento de paz para la reflexión. También anoto que debo llevar productos de limpieza para mantener limpia su lápida.
2. Planificación del desayuno para el Día del Padre
Utilizo mi agenda para organizar un desayuno del Día del Padre para los padres de mi vida. Es fácil pasar desapercibidos, pero ellos también merecen reconocimiento. Organicé un desayuno para mi esposo, mi hijo (que es padre por primera vez) y mis dos cuñados. Durante el desayuno, les entrego pequeños obsequios y notas escritas a mano para expresarles mi agradecimiento. Sin mi agenda, coordinar este evento sería un desafío.
3. Diario sobre mi padre
Con mi agenda, dedico tiempo a escribir un diario sobre mi padre y mis sentimientos durante este tiempo. Escribir ayuda a tener claridad mental y proporciona una forma tangible de procesar las emociones. A veces, hablar con la gente no es una opción, por lo que escribir un diario se convierte en una valiosa salida para mis pensamientos, lo que ayuda significativamente a mi salud mental.
El Día del Padre puede ser un día de reflexión y celebración, independientemente de si tu padre fue importante en tu vida o no. Todos podemos estar de acuerdo en que nuestros padres desempeñaron un papel en nuestra existencia. Usar una agenda para conmemorar estos momentos puede ser significativo y ayudarnos a mantenernos conectados con quienes amamos.